miércoles, 19 de febrero de 2014

Estudiar Religión: decisión de los padres

19 febrero, 2014


Mons. Jaume PujolMons. Jaume Pujol     En el tiempo en que los padres tienen la oportunidad de pedir clase de religión para sus hijos, desearía animaros a que no dejéis pasar la oportunidad de ejercer vuestro derecho. Lo ejerceréis en concordancia con vuestra fe cristiana, pero también en vuestro deseo de que reciban una formación integral que les sea útil para reconocer valores profundos en su vida.

A quienes se oponen a que se enseñe religión, hay que recordarles que esta asignatura no es obligatoria. Si el 75% de padres, en el conjunto del Estado, la piden, ¿qué razón democrática cabe alegar para negársela?

A veces la controversia parte del hecho de confundir la enseñanza de la religión con la catequesis. Sin embargo, no hay que confundirlas. Se enseñan conceptos culturales, como la realidad de la Biblia, los sacramentos, los mandamientos… pero no se obliga a nadie a la práctica religiosa, de la misma manera que se enseña inglés, sin forzar a nadie a viajar a Inglaterra, o zoología, sin forzar a los alumnos a ser veterinarios.

Si alguien piensa que el conocimiento de la religión no tiene nada que ver con la cultura, le bastará leer cualquier obra clásica, de autores italianos, rusos, españoles o polacos, para salir de su error. Encontrarán muchas citas y referencias al hecho religioso, lo mismo que si visitan cualquier museo y pretenden entender el sentido de la mitad de sus obras de arte.

La religión está intrínsecamente ligada a la literatura, el arte y las costumbres de los pueblos. ¿Cómo pretender entender a fondo la maravillosa arquitectura de la Sagrada Familia sin conocer la fuente de inspiración de Gaudí?, ¿o gozar de las obras de Shakespeare, Manzoni, Cervantes o Dostoievski, sin una mínima cultura religiosa?

No ha de resultar extraño que la religión tenga en el currículum escolar la consideración que tienen otras asignaturas, en vez de ser considerada “una maría”, expresión que conocemos bien todos quienes hemos sido estudiantes: materia que no hay que tomarse en serio.

Resulta además que nuestra sociedad está muy necesitada de asentarse en valores profundos, por ejemplo los que sirvieron en su día para fundamentar el Parlamento inglés, o la Constitución americana o la Unión Europea. En tiempos de corrupción y de falta de referentes, estudiar el sentido de la vida es muy importante. Y si esta enseñanza es reclamada por los padres, ¿cómo no ofrecerla?

+ Jaume Pujol Bacells
Arzobispo de Tarragona y primado

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