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martes, 17 de marzo de 2015

Ataques a la asignatura de religión en el País Vasco

Campaña de los delegados diocesanos de enseñanza y de varias asociaciones de padres y madres en defensa de la asignatura

Por Rafael Hernández Urigüen

A principios de febrero se abrió el período de pre-matriculación para los centros de enseñanza pública vascos. Con ese motivo, las delegaciones de enseñanza de las tres diócesis vascas iniciaron una sugestiva campaña indicando diez buenas razones para elegir la asignatura de Religión; entre ellas, que la asignatura permite apreciar otras culturas y religiones; que acerca a ese Jesús capaz de cambiar el mundo; que ayuda a conocer la cultura, valores y costumbres de nuestro pueblo; y que ayuda a ser solidarios con los que más sufren. También recordaba a las familias la obligación de los centros de ofertar la asignatura.

Disminución de alumnos. La campaña responde a la presión constante de asociaciones laicistas y a la pasividad de la administración pública vasca que determina una acusada disminución del número alumnos matriculados en Religión, hasta el punto de que ya no se imparte ninguna hora de Religión en el 30% de los centros docentes (actualmente hay 117 centros con “0 horas de Religión”; en otra veintena sólo unas pocas familias demandan la asignatura).

Como señalan las asociaciones de padres y madres pro asignatura de Religión, “algunas de estas campañas son protagonizadas por entidades que reciben subvenciones públicas que no tienen ningún reparo en utilizarlas para ir contra la Ley de la Escuela Pública Vasca, que defiende el derecho de las familias a que sus hijos reciban enseñanza religiosa”. Las mismas fuentes denuncian que para “la campaña de matriculaciones del próximo curso se han editado chapas y artículos ofensivos desde el sindicato STEEEILAS y el grupo Laikotasuna, aparte de la campaña anual de la Confederación de Padres de la Escuela Pública” contra la asignatura.

Presiones. Los grupos de presión quieren que la Alternativa sea un refuerzo curricular, lo cual no es posible en el marco legal vigente (la LOMCE). Los inspectores tendrán que actuar con los centros insumisos que continúan ofertando este refuerzo curricular en lugar de la asignatura alternativa “Valores cívicos y sociales” o “Valores éticos”.

Los grupos laicistas presionan a los alumnos para que dejen la clase de Religión si quieren cursar según el modelo trilingüe o el refuerzo en inglés. El gobierno vasco ha declarado ilegal y discriminatoria esta práctica y está actuando en los centros donde la detecta. También se dan falsificaciones de la DAEs (Dirección de Administración Escolar): oficialmente se imparte la alternativa, pero en la realidad no es así.

Finalmente están las presiones directas a las familias. El equipo directivo les dice que sus hijos son los únicos que se han apuntado a Religión, o que los pocos alumnos de Religión crean un trastorno para la organización del centro, o bien que sus hijos podrían ser marginados por ese motivo.

Tolerancia. Goyo Ponce de León, delegado diocesano de educación de Bilbao, confirmó a este corresponsal que “no se está dando un seguimiento de la asignatura por parte de las inspecciones e, incluso, da la impresión de que hay tolerancia con ciertos incumplimientos. Las direcciones de un número indefinido de centros, así como ciertos claustros se encargan de ocultar, falsear información y manipular a alumnos con el fin de que no elijan religión o cambien su opción a la alternativa. Se ha denunciado en diversas ocasiones pero sigue el incumplimiento y la sangría. En Vizcaya puede haber sólo un 25 % de alumnos de Religión en Educación Básica Obligatoria”.

En cuanto al resultado de las reclamaciones, Ponce de León se muestra escéptico: “Parece que se adoptan medidas, pero la eficacia es poca. Es particularmente importante el control en el período de pre-matriculación. Creemos que el seguimiento de las inspecciones debería ser más continuo y de cerca. Pero hay partidos y sindicatos que apoyan a los movimientos laicistas que publicitan la religión fuera de la escuela pública, y lo hacen con descaro en panfletos y campañas, dentro y fuera del recinto escolar, así como en medios de comunicación. Lo que sirve de disuasión y caldo de cultivo negativo para alumnos, familias y la masa social.

En cuanto al futuro, apunta que “el objetivo de situar una asignatura obligatoria como alternativa a la religión, entre los 6 y 16 años, así como el hecho de que la religión sea evaluable parece que daría estabilidad a la materia, pero eso está por ver. ¿Se cumplirá esta norma, vistos los reiterados incumplimientos de los últimos tiempos?”. Por otro lado, “la inseguridad acerca del mantenimiento de la LOMCE en el futuro y una posible vuelta de rosca con otra legislación agresiva hacen prever un futuro difícil para la clase de religión”. Finalmente, “¿denunciarán los obispos esta situación que bordea y hasta fractura los Acuerdos Santa Sede-Estado Español? Los delegados diocesanos de educación han denunciado y animan a estudiar el tema a medio plazo. Mientras, todo queda abierto, confuso, imprevisible y tensionado”. 

Palabra, Marzo 2015 


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